viernes, 5 de junio de 2015

¿Por qué tenemos miedo de contarle a nuestros jefes de que estamos embarazadas?

Corroborar que estás embarazada genera muchas sensaciones encontradas, sobre todo dependiendo del período en que una se encuentre afectiva, económica o laboralmente. Sin embargo, independiente de estas emociones hay algo que aún no logro explicar (y creo que muchas de ustedes tampoco) y es el miedo a informar un embarazo al empleador. 

Sobre lo último, me explico. Estás feliz, recibiendo la noticia de tu vida, los planes, proyectos, ideas u otro circulan velozmente por tu mente, secuencialmente, en paralelo, en fin, pero tu cabeza se llena de pensamientos; agregando a lo anterior, como suele ser en la mayoría de los casos, esperas a que transcurran 12 semanas de gestación para poder avisarle a la gran mayoría de tus seres queridos, entonces el periodo desde que te enteras con tu pareja de que serán padres al momento que deciden avisarle a la mayoría de sus cercanos se hace eterno, tus pensamientos se multiplican y las ganas de soltar tu alegría van creciendo a medida que pasa el tiempo. 

Llega el momento, logras contarle a tus cercanos y todo redunda en que hay una alegría enorme, te llenan de bendiciones, consejos (si, siempre llegan muchísimos consejos y más encima contradictorios) y cariño...pero...hay algo que muchos te van a recordar y que quizás en el período de espera de dar la noticia no habías tomado en cuenta, pero lo empiezas a considerar cuando recibes la siguiente pregunta (que es la primera de muchas): ¿QUÉ TE DIJERON EN LA PEGA?...y chan! aparecen por tu mente una serie de cuestionamientos, te imaginas los peores escenarios del mundo y al final un momento bello lo transformas en un desastre mental porque no sabes cómo tu empleador tomará tu embarazo.

Pero si nos vamos más atrás, ¿de dónde surge este miedo?, ¿qué genera en una esta sensación de culpabilidad cuando enfrentamos nuestro embarazo con el jefe?, ¿por qué cuando contamos en la pega que estamos esperando un bebé creemos que estamos prácticamente confesando un delito?, ¿hay un tema cultural, generacional o psicológico que nos llama a tenerle miedo a esta instancia?.

La verdad es que no hay una explicación clara respecto al temor que sentimos de informar en nuestros trabajos que estamos esperando un bebé; es más, compartiendo con amigas y cercanas que trabajan en distintos rubros, he concluido que el temor es similar pero la explicación no tiene asidero científico. En muchísimos casos ni siquiera ha salido de la boca de los jefes la opción de molestarse por una noticia así, excepción a esta regla son los grupos vulnerables donde la contratación laboral es una quimera y en un caso así el despido o desafuero es inminente, ello probablemente nos podría llevar a pensar que es una regla general en todos los niveles sociales. Sin embargo, en términos prácticos, muchas veces no tenemos fundamento real a esta angustia que nos acompaña desde la pregunta de oro al momento de hablar con tu jefe.

Sin perjuicio de lo anterior, hay una gran duda que queda en el aire: ¿por qué un grupo profesional en muchos casos o con conocimientos claros de sus derechos y deberes laborales, que goza de contrato indefinido y tiene una antigüedad respetable en una empresa se siente al dar la noticia de un embarazo, igual que una persona recién llegada a una compañía y que está en plena negociación de su contrato o que otra persona que en innumerables ocasiones a escuchado de sus superiores decir que no perdonarían que llegara embarazada en X período porque el trabajo aumenta y supuestamente la necesitan al 100%?, ¿qué fundamenta este temor que hace que una noticia tan maravillosa se transforme en una especie de carga?, si bien no creo tener la respuesta correcta sí cuento con una lo suficientemente común como para ponerla dentro de la gama de opciones que nos lleva a sentirnos mal frente a nuestros empleadores: es nuestro grupo cercano, familiares, amigos, compañeros que nos invitan a sentir este miedo, que creen que porque una está embarazada no rendirá bien y que prácticamente nos motivan a sentirnos culpables de planificar la familia de forma libre y espontánea, sí, no son más que nuestro círculo, nuestros confidentes, los que se suponen se alegrarían por esta noticia los que terminan abrumándonos con sus dudas y complejidades. 

Al respecto, suele suceder que a la pregunta: ¿cuántas semanas tienes?, ¿sabes si será niño o niña? viene la más temida, ¿qué te dijeron en le pega?, y luego de ahí, un eterno diálogo que nada tiene que ver con la gestación ni con las sensaciones que estás viviendo, una conversación que te genera complicaciones y que a la larga nos llevan a ese camino del miedo que no deberíamos elegir transitar. 

Por lo anterior y dado que los comentarios desubicados (muchas veces in mala intención) abundan, propongo que las mujeres decidamos recorrer un sendero distinto, más verde, más florido, mucho más hermoso que nos permita sobrellevar el embarazo con la naturalidad que un acto tan genuino merece...recorramos el camino de la tranquilidad, de la seguridad, de la felicidad, no nos dejemos llevar por el qué dirán, por los proyectos ajenos, por las expectativas que el resto tenga de nosotras. Algo tan puro como traer un ser al mundo no merece contaminarse por lo que nuestro pensamiento imponga. 

No nos autoboicotiemos, no permitamos que algo bello lo transformemos gratuitamente en una noticia problemática. A nuestros empleadores no les tiene por qué importar cómo ni cuándo queremos traer un hijo al mundo, no tiene por qué cuestionarnos, ni amenazarnos, ni violentarnos durante el trabajo, no lleguemos a esas absurdas conclusiones apresuramente; y lo más importante, no traspasemos esos temor a otros, porque si damos la noticia sintiéndonos culpables entonces quien la recibe efectivamente creerá que hay culpa detrás de esto y probablemente asuma una reacción que en circunstancias distintas no la habría asumido. 

Disfrutemos de esta etapa de principio a fin, con seguridad, con amor, con confianza...traspasemos al mundo ese bienestar y no permitamos que las malas energías ataquen nuestros pensamientos, porque si los dejamos ingresar saldrá del mismo una conclusión que no necesariamente será la correcta.





1 comentario:

  1. Karen, buen articulo!! yo creo que las respuestas a varias de tus interrogantes tienen un mismo origen: cultura.

    En Chile aun existe el prejuicio que quedar embarazada, todo el proceso del embarazo y la crianza es asunto femenino, entonces tus jefes creeran que no tendras cabeza para hacer "una buena pega".

    En los paises donde los permisos prenatales y postnatales son iguales para hombre y mujeres, no se genera ese temor. Si revisas como Noruega, Suecia y Finlandia (paises con la mayor igualdad de genero en el mundo) tanto el embarazo como la crianza es tarea de ambos padres se ve reflejado en los trabajos..... el hecho que gocen de los mismo permisos hace que al momento de postular a un trabajo, el embarazo no sea un tema porque al final del dia, tanto el hombre como la mujer pueden hacer uso de ese permiso.

    Ojala Chile avance a esa direccion y haya un cambio cultural que se vea reflejado en las leyes laborales y tanto hombres como mujeres sean de hecho responsables de todo el proceso del embarazo y crianza :)

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